Efectivamente Dios nos insta a gozarnos y alegrarnos, y la razón de esta exhortación es porque nuestro galardón es grande en los cielos:
«Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.» – Lucas 6:23
Somos una iglesia formada por creyentes, que hemos renacido para una vida abundante a través de una relación personal con Jesucristo, el Hijo de Dios. Esta nueva vida nos anima a reunirnos con el fin de adorar a nuestro Salvador, edificarnos mutuamente y compartir con otros el mensaje de vida plasmado hace dos mil años en la cruz del calvario.