«Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.» – Salmos 8:3-5
Somos una iglesia formada por creyentes, que hemos renacido para una vida abundante a través de una relación personal con Jesucristo, el Hijo de Dios. Esta nueva vida nos anima a reunirnos con el fin de adorar a nuestro Salvador, edificarnos mutuamente y compartir con otros el mensaje de vida plasmado hace dos mil años en la cruz del calvario.