Estimados hermanos, como bien sabrán, estamos valorando la posibilidad de regresar lo mas pronto que podamos a congregarnos y eso dependerá de varias cosas:
Primero de la voluntad de Dios.
Que las autoridades den el visto bueno a través de los semáforos.
Que tengamos listos los protocolos y lineamientos para el regreso.
Implementar medidas tales como uso de termómetros digitales, tapetes sanitarios, mascarillas para quienes la olvidaron, gel antibacterial, verificar que se cumpla con la sanitización.
Realizar un censo para evaluar resticciones para el aforo, para lo cual debemos de conocer algunos datos tuyos y de tu familia para evaluar su condición. Es por ello que creamos esta encuesta que te pedimos que contestes.
IMPORTANTE
Este formulario puede ser llenado de forma PERSONAL o FAMILIAR, por ello es importante que antes de contestarlo te asegures de ponerte de acuerdo con cada miembro de tu familia (que viva en tu misma casa) sobre quién y de qué manera lo llenarán, para así no duplicar información.
Para contestar la encuesta da clic en siguiente botón:
Resistirnos y rechazar a las autoridades que tenemos, en el mundo, en casa en la iglesia o donde sea; es resistirnos a la autoridad de Dios y por lo tanto eso trae a nuestras vidas maldición y condenación. Porque toda autoridad ha sido puesta y delgada por Dios.
Hemos venido escribiendo acerca del esfuerzo por entrar por la puerta estrecha o más bien de mantenernos firmes en esa salvación a la que hemos sido llamados.
La soledad es real y dolorosa, pero también es una manifestación del estado de nuestra relación con Dios, cuando hemos descuidado o no tenemos una relación constante y cercana con Dios es que sentimos este abandono y soledad. Debemos ser conscientes de que Dios está con nosotros, saber esperar en Él y amarle.
En la reflexión de la semana pasada tratamos de poner en su exacta dimensión lo que significa la exigencia de esforzarnos para entrar por la puerta estrecha, la salvación.
Cuando las Escrituras nos conminan a esforzarnos, la primera impresión que viene a nuestra mente es el ejercicio de la fuerza de voluntad. Sin embargo, debemos tener claro lo que significa que seamos llamados a esforzarnos.
La Biblia no sólo contiene la palabra de Dios, ES la palabra de Dios. Es lo que Dios dice de SÍ MISMO. Es la forma en que podemos conocerle y entender que DIOS ES DIOS, ÉL ES ÉL y nunca dejará de serlo, ni dejará de hacer para con nosotros, misericordia, juicio y justicia.
Compartimos la semana pasada que no solo para los creyentes aplica el mandamiento de hacer la voluntad de Dios, sino también para aquellos que no han creído en el hijo de Dios.
Queridos hermanos, hemos comenzado el estudio de «Relaciones» que se llevará a cabo durante 6 semanas reiniciando con él los estudios semanales en casa, solo que bajo la modalidad de video-conferencias. Para ello dejamos el calendario de cuándo y a qué hora suceden para que puedas elegir uno y ponerte en contacto con el respectivo responsable.
Somos una iglesia formada por creyentes, que hemos renacido para una vida abundante a través de una relación personal con Jesucristo, el Hijo de Dios. Esta nueva vida nos anima a reunirnos con el fin de adorar a nuestro Salvador, edificarnos mutuamente y compartir con otros el mensaje de vida plasmado hace dos mil años en la cruz del calvario.