“…pero ocuparse del Espíritu es vida y paz” – Romanos 8:6b

Así como dedicamos tiempo para formarnos académicamente, hasta lograr obtener un título profesional en alguna área del conocimiento humano, y dedicamos tiempo a ejercitar y cuidar nuestro cuerpo, es necesario también dedicar tiempo a cultivar nuestro espíritu, porque es precisamente aquí donde se forman los principios y valores que van a determinar nuestra conducta y nuestra forma de enfrentar la vida.

El mundo actual en el que vivimos, nos satura de mensajes sobre: “desarrollo físico y mental”, “logra la armonía cuerpo y mente” “mente sana en cuerpo sano”, “en ti está el poder y el control” etc. Difícilmente encontraremos en un mundo tan materialista, donde tal parece que lo único importante para el ser humano es la apariencia, algún camino que nos plantee lo importante que es lograr la armonía de todo nuestro ser: Espíritu, alma y cuerpo.

Dios creó al ser humano tripartito, es decir, somos cuerpo, alma y espíritu.

“… y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo…” – 1 Tesalonicenses 5:23

El alma, es el lugar en donde se guardan las emociones, los afectos, los deseos, el intelecto y nuestra voluntad. Mientras que el espíritu, es la parte de nuestro ser que nos hace conscientes de la existencia de Dios y nos permite comunicarnos con Él.

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre…” – Proverbios 20:27a

“ El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” – Romanos 8:16.

¿POR QUÉ DEBEMOS DEDICAR TIEMPO A CULTIVAR NUESTRO ESPÍRITU?

En primer lugar porque podemos decir que el espíritu es el canal para comunicarnos con Dios y Él con nosotros “He aquí yo derramaré mi Espíritu sobre vosotros y os haré saber mis palabras” (Prov. 1:23) y además, porque es en el espíritu en donde radica la verdadera fuerza del ser humano, esa fuerza que nos sostiene y consuela en todas las vicisitudes de nuestra vida y que sólo proviene de Dios

“Porque tu has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo” – Salmos 61:3.

Los seres humanos tenemos un cuerpo, por medio de los sentidos, tenemos conciencia del mundo que nos rodea; debido a que ese cuerpo tiene un alma, está consiente de sí mismo y de sus necesidades “¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día?” (Sal 13:2) y debido a que en ese cuerpo y alma también existe un espíritu, el no ocuparse del él, siempre nos dejará una sensación de vacío en la vida; un vacío que no se satisface con cosas materiales ni intelectuales y que desafortunadamente en ese afán por llenarlo de alguna manera, invariablemente nos lleva a encontrar salidas falsas.

¿CÓMO CULTIVAR MI ESPÍRITU?

Dedicando tiempo al conocimiento de Dios a través de su Palabra “Porque Jehová da la sabiduría y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia” (Prov 2:6); “Sabiduría ante todo, adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia” (Prov 4:7); “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Prov) 1:7a

Es muy importante comprender que sólo Dios es capaz de satisfacer nuestras necesidades espirituales, no hay otro camino.

¿QUÉ GANAMOS CON ESTO?

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…” – Gálatas 5:22-23

Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” – Juan 10:10.

El dedicar tiempo al conocimiento de nuestro creador y aprender a relacionarnos con Él por medio Jesús, nos lleva a vivir esa “vida abundante” para la que fuimos creadas.

Si hoy estás enfrentando la pérdida de tu empleo, de un ser querido, si estás temerosa de los cambios que hoy estás viviendo, o si tal vez piensas que será muy difícil empezar de nuevo, date la oportunidad de experimentar esa “paz que sobrepasa todo entendimiento” (Fil 4:7).

---

---