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La Verdad y Cristo


El mundo y el hombre giran en torno a la verdad, aunque no se quiera.

Buscamos la verdad, nuestras decisiones se basan en un concepto de verdad, lo que sea que eso signifique para cada persona. Pues no desconocemos que muchas personas de manera implícita o explícita sostienen que la verdad es relativa.

Dios sabe todo acerca de estas ideas. Por eso es que en las Escrituras juega un papel importante la verdad; tan es así que el mismo Jesucristo se identificó como la Verdad. Y no solo eso, sino que él habla verdad.

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. ” -Juan 14:6

Esto es, Jesús es tanto la verdad subjetiva, como la verdad objetiva.

“Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.” -Juan 8:40

Resulta muy significativo que en los evangelios y en especial en el evangelio de Juan que es en donde se nos revela a Jesús como Dios, es en donde se hable más de la verdad, aparte de la Primera Epístola de Juan.

De la lectura de tal libro podemos desprender, como aquel que anda en la verdad es sinónimo de andar en el camino de Jesucristo. Veamos a más detalle cómo plantea esta idea el apóstol Juan.

  1. No ponemos en práctica la verdad, cuando andamos en tinieblas y queremos hacer creer a la gente que tenemos comunión con Dios. “Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.” – 1 Juan 1:6
  2. La verdad no está en nosotros cuando mentimos y mentimos cuando negamos nuestro pecado. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. ” -1 Juan 1:8
  3. La verdad no puede estar en nosotros cuando decimos que conocemos a Dios, pero no hacemos la voluntad de Dios. “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.” – 1 Juan 2:4
  4. Ninguna mentira tiene relación con la verdad, y debemos estar seguros de que, si conocemos a Jesús, conocemos la verdad y no podemos relacionarnos con la mentira. “No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ” -1 Juan 2:21
  5. Amar de verdad, es amar de hecho, demostrarlo, y no sólo decir que amamos, tal cosa aislada no es amor, el amor de labios es contrario a la verdad. 1 Juan 3:19
  6. La manera que podemos estar seguros de que somos de la verdad, es si amamos en verdad y nuestros corazones pueden estar en paz. “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” – 1 Juan 3:18
  7. ¿Cómo podemos conocer al espíritu de verdad?, si la persona con la que hablamos de Dios nos escucha, de lo contrario estaremos tratando con un espíritu de error; nosotros conocemos a Dios, porque somos de Dios. “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” – 1 Juan 4:6

Andar en la verdad, practicar la verdad, amar en verdad, tiene una evidencia innegable, somos de la verdad.

Los que son de la verdad andan en Cristo porque es la Verdad, y eso nos produce gran gozo como dijo el apóstol Juan. “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.” – 3 Juan 1: 4

El apóstol Pedro insta a todo creyente a estar firmes en la fe que hemos abrazado, que nos conducirá al Reino de nuestro Señor Jesucristo, no dando por hecho que lo sabemos y que estamos en la verdad, sino que perseverando porque lo tenemos siempre presente, como ancla de nuestra confianza en Dios.

“Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.” – 2 Pedro 1:8-12



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