“M” nos hizo esta pregunta: ¿Una mujer puede dar un tema al frente de la Iglesia, aunque no sea en el púlpito?
La respuesta es: Sí, por supuesto que una mujer puede enseñar o predicar, aún en el púlpito siempre y cuando no sea a varones.
En la Iglesia hay muchos ministerios derivados de la gran cantidad de dones que el Espíritu Santo reparte entre los hermanos y hermanas, 1 Corintios 12:4-7
No tenemos la menor duda que nuestras hermanas han sido usadas de una manera extraordinaria en el cuerpo de Cristo, y que son de mucha bendición para la Iglesia, desde los orígenes de ésta como lo podemos constatar con:
- Las mujeres que seguían a Jesucristo, Lucas 8:2-3
- Lidia de Tiatira, Hechos 16:14-15 y
- El caso de Priscila en Romanos 16:3 y muchas otras mujeres…
De hecho, muchas hermanas participan en la enseñanza en la Iglesia, enseñando y predicando a mujeres, ayudándolas en su vida espiritual, o bien en la Escuela Dominical y en muchas otras actividades.
La cuestión qué hay que tomar en cuenta es si las mujeres deben o no tomar posesión del liderazgo en la Iglesia y ejercer autoridad o dominio sobre los varones o ministerios de enseñanza o predicación de la Palabra de Dios a los varones.
La respuesta tiene que ser sin lugar a duda, sin titubeos, negativa, porque al menos de la enseñanza sistemática de la Palabra de Dios así se desprende. Le comparto algunas razones para ello.
Por razón de Orden
Primero. Por razón de orden. La Biblia enseña que la mujer debe permanecer callada en la congregación, y esta afirmación viene dentro de un contexto de cuidar el testimonio y decoro y evitar la confusión, 1 Corintios 14:33-35:
“Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.” – Corintios 14:33-35
Por razón de Sujeción
Segundo. Por razón de sujeción. Asimismo, en ese pasaje encontramos otra razón, la sujeción. Si algo aprecia Dios de la mujer es la sujeción v.34, pues con ello muestran las mujeres que han aprendido verdaderamente la enseñanza de nuestro Señor Jesucristo.
Por razón de Seguridad
Tercera. Por razón de seguridad. La palabra de Dios enseña que una de las razones por las que Dios no aprueba que la mujer enseñe a los varones, mandándole que aprenda en silencio, es que categóricamente advierte del peligro del engaño. Poniendo como ejemplo el de Eva que fue engañada al tratar con Satanás al margen del varón, 1 Timoteo 2:11-14, Génesis 3:1-7 (el énfasis en negritas es establecido por mi).
Por razón de Autoridad
Cuarta. Por razón de autoridad. Dios no permite a la mujer ejercer dominio sobre el hombre, precisamente para evitar el engaño. Nuevamente la enseñanza irrefutable de la Biblia es que, después de la caída y como resultado de la descomposición que había provocado el pecado de Adán y Eva, Dios estableció que la mujer trataría de rebasar la autoridad del hombre, pero que el hombre era el que ejercería la autoridad, justamente para evitar el engaño, Génesis 3:16
Contamos además con la grande bendición de las mujeres en nuestra Iglesia, qué mostrando gran sabiduría y entendimiento, se conducen con modestia y esperando en Dios como corresponde y resisten la tentación de querer tomar posiciones de liderazgo o instrucción a los varones. Gloria a Dios por ello. 1 Timoteo 2:9 y 1 Pedro 3:5
No podemos dejar de reconocer el cumplimiento de la encomienda que Dios le dio a la mujer de ser ayuda idónea para el ministerio que Dios ha encomendado a los varones. Su invaluable aportación hace que la cosas marchan como debieran. Génesis 2:18-19 en relación con Proverbios 31:11, 23 y 30.

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