Creo en Dios y le Obedezco, pero no he hecho La Oración ¿Soy salvo o no?

Recibimos la siguiente pregunta de “R”. Si nunca he hecho la oración, pero creo en Dios y trato de obedecerlo, ¿soy salvo, o solo haciendo la oración? una pregunta genuina que, probablemente más de uno se ha preguntado.

Este tema de “la oración” parece una cuestión sencilla, pero no lo es. Requiere la comprensión completa de cómo nos salva Dios.

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” – Efesios 2:8-9

La premisa fundamental de cómo nos salva Dios la encontramos en Efesios 2:8-9, por gracia. Y aún en este terreno hay diferencia de opiniones si entendemos y aceptamos que hay gracia común y gracia salvadora o especial; entendiendo por la primera aquella que Dios provee a todos los hombres aún a aquellos que no serán salvos pero que se manifiesta mediante bendiciones para mostrar la bondad y misericordia de Dios, pues Dios hace llover para justos e injustos. Y entendemos por la segunda aquella en la que el hombre responde positivamente con fe para salvación.

Visto lo anterior y aún cuando entendemos que la salvación es absolutamente por gracia, también razonamos intuitivamente que el hombre responde a esa gracia especial. Lo que implica que el hombre ha de manifestar esa respuesta de alguna manera y esa manera es la fe como lo dice el texto bíblico antes citado.

Pero inmediatamente vemos que la fe como respuesta a la gracia concedida por Dios a través de su elección, es un don, un regalo y que también proviene de Dios.

Entonces notamos que Dios toma la iniciativa y nos provee de la respuesta, es decir, que tampoco la respuesta es nuestra en el sentido del origen de la misma en cómo es generada. Y eso es precisamente la “doctrina de la elección”, pues Dios la produce como dice Efesios 1:5, por el puro afecto de su voluntad.

Pero aún podríamos agregar que el hombre se arrepiente y eso constituye una respuesta, pero aún hablando del arrepentimiento vemos que las Escrituras nos enseñan que Dios es el que nos concede el arrepentimiento 2 Timoteo 2:25.

Permítaseme un ejemplo en primera persona. ¿Por qué respondí al Evangelio yo y otras personas no, cuando se nos presentó el plan de salvación? Una primera opción sería, que yo era más noble, sensible o piadoso. Pero por temor de Dios, tengo que descartar esa posibilidad.

Una segunda opción sería; qué entendí y otros no, o que acepte mi necesidad de Cristo. Pero aún eso sería una jactancia que afrentaría el amor del Señor y significaría alguna especie de mérito o de obra que anularía la salvación por elección y por gracia No, la verdad es que yo respondí porque la obra del Espíritu Santo en mí fue convenciéndome de pecado, de Justicia y de juicio; Juan 16:8. Pero yo no era capaz de responder por mi naturaleza muerta Efesios 2:1-2

Lázaro, cuando fue llamado por Jesucristo para que saliera de la tumba, estaba muerto. ¿Cómo podía responder?, si no fue únicamente por la gracia soberana de Jesucristo.

De ahí que cuando yo doy una respuesta al Evangelio de salvación es porque Dios pone en mi la respuesta. Y a quien me dirijo es a Dios, en los términos de Dios, es decir orando, y no es, por tanto, por la “oración”, como si se tratara de una cuestión ritual, sino de aquello que proviene del corazón, de lo que Dios generó en mí y que mi naturaleza finita no alcanza a comprender.

Pero pido a Dios orando, confesando que he creído y que acepto la salvación que Él me regala por medio de mi único y suficiente Salvador. Hechos 4:12; 1 Timoteo 2:5.

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” – 1 Timoteo 2:5

Por lo que, cuando oramos aceptando a Jesucristo, no sólo es lo que sale de nuestra boca sino de nuestro corazón como resultado de lo que Dios ha puesto en él, Romanos 10:10.

Creer y recibir a Jesucristo es el énfasis de la nueva naturaleza, Juan 1:12, y sabemos que hemos hecho eso cuando lo confesamos en oración a Dios.

Pero antes de enfocarnos en la oración misma debemos preguntarnos qué es lo que creemos de Dios. específicamente, ¿que él envió a su Hijo para perdón de pecados, para tener vida eterna y salvación?, Si es así, seguro nos vamos a ver agradecidos y a decirlo de la única manera que hay, confesándolo en oración y no por la oración misma.


Luis Monsalvo
Luis Monsalvo

PASTOR


HAZ TU PREGUNTA AQUÍ

Participa y realiza aquí tu pregunta. Todas le llegarán al Pastor Luis Monsalvo quien elegirá e irá dando la Respuesta de la Biblia cada lunes.

¡Así que participa y pregúntale!



PODRÍAN INTERESARTE ESTAS OTRAS
PREGUNTAS DIFÍCILES:
(Desliza para verlas)

Deja un comentario