“R” preguntó durante la semana que ¿Por qué en la Biblia se permite la poligamia?, una pregunta que posiblemente te has hecho después de leer el Antiguo Testamento, y esta es la respuesta:
Dios ha rechazado tanto expresa como implícitamente la poligamia. A continuación encuentra el fundamento bíblico.
La institución divina del matrimonio.
Dios creó el matrimonio integrado por un solo hombre y una sola mujer, Génesis 2:18-24
“Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” – Génesis 2:23-24
La confirmación hecha por Cristo de la monogamia.
Cristo reforzó la idea de que el propósito de Dios era la monogamia como la única forma de matrimonio:
“Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” – Mateo 19:4-6
La postura reiterada en la Biblia en rechazo a la poligamia.
Sin duda en la Palabra de Dios encontramos un sistemático rechazo a la poligamia, a través de hacer notar las funestas consecuencias de la misma, por ejemplo, Abraham procreó con dos mujeres, Sara y Agar de donde nacieron Isaac e Ismael, de dónde vienen dos naciones, judíos y árabes que hasta la fecha tienen una enemistad que perdurará hasta el fin de los tiempos. Gálatas 4:22-31
O el caso de Salomón que por su pecado de poligamia provocó idolatría y el enojo de Dios que trunco su reino, 1 Reyes 11:1-2
O el de David qué pago con la muerte de 4 de sus hijos por el pecado con Betsabé, 2 Samuel Capítulos 11, 12 y 13
O Jacob, sus diferencias entre sus familias, Génesis 35:22, 37:18-28. Y otros casos más.
Para concluir, debes saber que Dios establece mandamientos, decretos y principios que el hombre debe cumplir, pero también Dios le da al hombre libertad para decidir y en su caso enfrentar las consecuencias de su desobediencia, bien sea en esta vida o en el futuro. En ese sentido, Dios permite que el hombre actúe responsablemente.
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