Esta es una pregunta común entre muchas personas, que en esta ocasión nos ha llegado de forma anónima y tal cual la pregunta completa es: ¿Las enfermedades, son juicio o castigo de Dios por lo que nuestros padres hicieron o nosotros mismos hayamos hecho? Esta es su respuesta.
La respuesta está desde Deuteronomio 24:16, que dice que los hijos no morirán por los pecados de los padres, pero además el Capítulo 18 de Ezequiel, nos resuelve el asunto, en el v.4 dice, el alma que pecare esa morirá. Refiriéndose el refrán que usaban en Israel cuando decían que los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la dentera (v.2), pero el mismo Dios dice en el v.3, que nunca más tendrán que usar ese refrán.
¿Por qué? porqué dice el v.20, el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre el del hijo. La justicia del justo será sobre él. Jeremías 31:29-30, Dice que cada cual morirá por su propia maldad. El que comiere las uvas agrias éste tendrá la dentera.
Sin embargo, nada impide que Dios en su soberanía pueda imponer juicio o disciplina directa en los hijos como fue el caso del hijo de David y Betsabé que murió, 2 Samuel 12:14-18, o los 7 nietos de Saúl que murieron según 2 Samuel 21:5-9
Tampoco debemos dejar de reconocer que a veces los pecados de los padres tienen un efecto negativo en los hijos, que pareciera que el juicio al hijo fue resultado del pecado del padre.
Ni podemos omitir decir que a veces la aflicción o sufrimiento no necesariamente es resultado del pecado como lo demuestra la historia del patriarca Job y lo que dice:
“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” – Juan 9:1-3
Lo importante, de acuerdo con este último pasaje, es buscar el propósito de esa enfermedad.
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