La Biblia, en el Evangelio de Mateo nos presenta a Jesús como el Rey, en el Evangelio de Marcos se nos presenta a Cristo como el Siervo del Señor. Esta expresión tiene un profundo significado. A tal punto de que la manera en que Jesús se hizo obediente culminó en su sacrificio en la cruz.
Cuando se habla de Jesús como siervo no es una metáfora, sino una realidad que para el mundo es difícil de comprender, porque no puede concebir que un Rey como lo es Jesucristo o el Hijo de Dios, sea un siervo.
En la Biblia hay varias palabras para el vocablo siervo, lo mismo se usa ‘diákonos’ como en Mateo 23:11 o ‘doulos’ para significar esclavo como en Romanos 6:19; ‘huperetes’ refiriéndose a criados y la mayoría de las versiones traducen como guardias o alguaciles; ‘oiketes’ que también significa criado, 1Pedro 2:18.
Cuando vemos estos significados de siervo, entonces entendemos lo que quiere decir Filipenses 2:6-8 que nos muestra a Jesús, no estimándose Dios mismo (v.6), ni aferrándose a su condición (v.6), sino despojándose y tomando la forma de siervo (v.7), haciéndose semejante a ti y a mí, y finalmente humillándose y obedeciendo hasta tal punto de ser crucificado (v.8).
“…el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” – Filipenses 2:6-8
Pues sí, así efectivamente ocurrió, Jesucristo se hizo siervo, por eso cuando Jacobo y Juan se le acercaron para pedirle que les concediera sentarse a su derecha y a su izquierda respectivamente cuando estuvieran en su gloria, Jesús los reconvino. Marcos 10:35-37
Leer: Marcos 10:35-45
Todos los presentes entendieron que los hijos de Zebedeo querían ser reconocidos, recibir la gloria, tan es así que el v.41 de Marcos 10 nos muestra a los otros 10 apóstoles enojados, como diciendo ¿y nosotros que?, ¿no también merecemos ese reconocimiento?
Jesucristo reconvino a todos aclarándoles que si así era en el mundo, en el Reino de los cielos no sería de esa manera las reglas las encontramos en los vv.43 y 45.
PRIMERA.
Entre los hijos del Reino (creyentes) no es así, no se antepone, ni se busca el reconocimiento.
SEGUNDA.
Entre los cristianos el que quiera ser grande debe ser primeramente un servidor.
TERCERA.
Entre los hijos de Dios el que quiera ser el primero será siervo de todos.
CUARTA.
Entre los nacidos de nuevo, debemos seguir el ejemplo de Cristo que no vino para ser servido sino para servir.
QUINTA.
Entre los súbditos del Rey debemos servirnos hasta el punto de dar la vida por los demás.
Este concepto de Jesucristo de ser siervo, siempre ha sido desde los orígenes y aún antes, como lo vemos en las profecías siguientes:
Isaías 42:1 Profetiza a Jesucristo como el siervo de Dios, que fue escogido para traer justicia sobre las naciones.
Zacarías 3:8 Que nos anuncia Dios a su siervo Jesús como un Renuevo.
Los teólogos no se han puesto de acuerdo en el significado exacto de ‘kenosis’ (“se despojó”), de Filipenses 2:7, pero de alguna manera no se puede decir que Jesucristo se vació de su divinidad, sino que adicionó la humanidad, se autolimitó por la forma humana que adoptó, con la única idea de hacerse siervo.
Considerando todo esto, valdría la pena reflexionar en qué tanto estamos viviendo como siervos. ¿No crees?